Columna de Opinión
Por Claudia Vargas García , 26 de agosto de 2024 | 14:00Educación técnico profesional para generar valor
Gonzalo Riquelme, Gerente de Desarrollo de Negocios, New Zealand Trade & Enterprise para Chile y Perú, destaca las similitudes entre Chile y Nueva Zelandia, lo que hace que el intercambio de experiencias y conocimientos entre ambos países sea altamente valioso.
En los últimos años, y de manera creciente, el sector agrícola a nivel mundial enfrenta múltiples desafíos que ponen en riesgo su desarrollo y competitividad. Uno de los más significativos es la disponibilidad de mano de obra calificada para llevar a cabo sus actividades. A esto se suman otros retos cruciales, como la escasez de agua, la necesidad de prácticas sostenibles y la dificultad de hacer que los jóvenes permanezcan en el campo, manteniendo las áreas rurales atractivas y tecnológicamente avanzadas.
Superar la brecha entre el capital humano necesario y el disponible requiere un enfoque colaborativo y multisectorial que aborde las diversas causas de esta problemática. En este contexto, la educación se convierte en un factor clave para atraer y retener el talento necesario. Es esencial que el sector agrícola se transforme en una opción laboral atractiva para las nuevas generaciones, especialmente en zonas rurales que, tradicionalmente, han estado geográfica y socialmente alejadas de los centros de actividad.
La imagen del trabajo agrícola, frecuentemente asociado con esfuerzo físico bajo condiciones difíciles, no refleja la realidad actual, donde la tecnología juega un papel central. Innovaciones en automatización, gestión de datos y prácticas sostenibles están redefiniendo el agro, haciendo del sector una opción más atractiva para los jóvenes. Sin embargo, es fundamental que esta transformación sea acompañada por una educación accesible y adaptada a las necesidades del sector.
Nueva Zelandia ha logrado construir un ecosistema robusto que integra universidades, gobierno e industria, implementando una estrategia integral para convertir el agro en un sector atractivo, desafiante y accesible para los jóvenes. Los pilares de esta estrategia incluyen la descentralización y una estructura progresiva de la formación, permitiendo el acceso a una educación de alto nivel en todo el territorio. La oferta educativa se ha diseñado de manera flexible, permitiendo a los jóvenes tomar pequeños cursos que les faciliten el ingreso rápido al mercado laboral, mientras complementan su formación a lo largo del tiempo.
Además, se ha impulsado la atracción de profesionales del sector tecnológico al agrícola, promoviendo la innovación y la incorporación de nuevas tecnologías en los procesos productivos y la gestión agraria. Este enfoque no solo moderniza el sector, sino que también lo hace más atractivo para las nuevas generaciones, quienes buscan entornos laborales dinámicos y tecnológicamente avanzados.
Chile y Nueva Zelandia tienen muchas similitudes, lo que hace que el intercambio de experiencias y conocimientos entre ambos países sea altamente valioso. En el ámbito educativo, la experiencia neozelandesa puede ser clave para desarrollar propuestas que abran nuevas posibilidades de formación y desarrollo laboral para los jóvenes en Chile, y que, a su vez, doten al sector agrícola del capital humano necesario para enfrentar los desafíos actuales y futuros.
En Chile, la Educación Técnico Profesional (TP) abarca la formación en diversos sectores, como la agricultura, los servicios sociales y las tecnologías de la información. Nueva Zelandia ha enfatizado la educación TP como un espacio crucial para el desarrollo de trayectorias de vida, donde trabajo y estudio se combinan, permitiendo a las personas explorar vocaciones y contribuir a la construcción de un país mejor.
En el marco del Día de la Educación Media Técnico-Profesional, es importante reconocer el valioso aporte de esta educación al desarrollo de sectores productivos como el agro, así como su impacto positivo en el desarrollo social de las comunidades rurales. Los vínculos entre Nueva Zelandia y Chile son fuertes tanto en términos comerciales como en el ámbito educacional, donde compartimos un compromiso profundo con la tierra, su cultivo y su protección.