Economía y Mercados
4 de diciembre de 2024 | 09:37

El poder oculto del queso: la vitamina K2 como clave para la salud ósea y cardiovascular

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El queso no solo es una delicia gastronómica, también es una excelente fuente de nutrientes. Entre ellos, la vitamina K2 sobresale en quesos de maduración prolongada como el gouda, el edam y el cheddar.

La vitamina K pertenece a un grupo de vitaminas liposolubles que se dividen en dos formas principales: K1 (filoquinona) y K2 (menaquinonas). Mientras que la K1 se encuentra principalmente en vegetales de hoja verde, la K2, menos conocida, se produce en menor medida por la fermentación bacteriana y está presente en alimentos como los quesos, y otros productos fermentados.

La vitamina K juega un papel crucial en la coagulación de la sangre, pero investigaciones recientes resaltan su importancia para la salud ósea y cardiovascular. En particular, la K2 es esencial para la activación de proteínas como la osteocalcina y la proteína Gla de la matriz (MGP), que ayudan a fijar el calcio en los huesos y a evitar su acumulación en arterias, previniendo la arteriosclerosis.

El queso como fuente natural de vitamina K2

El queso no solo es una delicia gastronómica, también es una excelente fuente de nutrientes. Entre ellos, la vitamina K2 sobresale en quesos de maduración prolongada como el gouda, el edam y el cheddar. Estos quesos contienen menaquinonas (K2), que se generan durante el proceso de fermentación.

Un estudio publicado en el Journal of Dairy Science identificó que ciertos quesos maduros contienen mayores concentraciones de K2 en comparación con los frescos. Por ejemplo, un gramo de gouda puede proporcionar hasta 75 microgramos de vitamina K2, lo que lo convierte en una fuente relevante para una dieta diaria.

Además, el queso tiene una ventaja añadida: su contenido en grasa mejora la absorción de la vitamina K2, que, al ser liposoluble, requiere la presencia de lípidos para ser asimilada eficazmente por el organismo.

Beneficios respaldados por la ciencia

La relación entre el consumo de vitamina K2 y la salud ha sido ampliamente documentada:

1.       Salud ósea

La vitamina K2 activa la osteocalcina, una proteína que ayuda a integrar el calcio en la matriz ósea. Estudios han demostrado que una ingesta adecuada de K2 reduce el riesgo de fracturas y mejora la densidad mineral ósea, especialmente en mujeres posmenopáusicas, un grupo particularmente vulnerable a la osteoporosis.

2.      Salud cardiovascular

La MGP, también dependiente de la vitamina K2, inhibe la calcificación arterial. Según investigaciones del European Journal of Nutrition, una dieta rica en K2 está asociada con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.

3.     Prevención de enfermedades crónicas

Un metaanálisis reciente destacó que una ingesta regular de vitamina K2 podría estar vinculada a una menor incidencia de ciertos tipos de cáncer, gracias a sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios.

 ¿Cómo incorporar más vitamina K2 en la dieta?

Si bien es posible obtener K2 a través de suplementos, los expertos recomiendan priorizar fuentes naturales, como el queso. Además de su contenido en K2, el queso aporta proteínas de alta calidad, calcio y fósforo, todos fundamentales para la salud general.

El consumo de quesos maduros en cantidades moderadas diversifica la dieta, y también garantiza una fuente natural y sabrosa de este nutriente. Un par de rebanadas de gouda o un trozo de parmesano al día pueden marcar una diferencia significativa en los niveles de K2 en el organismo.

Implicaciones para la industria láctea

El creciente interés por la vitamina K2 representa una oportunidad estratégica para la industria quesera. Promover los beneficios de los quesos maduros como fuentes de este nutriente puede abrir nuevos mercados, especialmente entre consumidores conscientes de su salud y en busca de alimentos funcionales.

En este sentido, es vital que los productores y comercializadores del sector lácteo consideren incluir en sus etiquetas información clara sobre el contenido de vitamina K2. Esto no solo educa al consumidor, sino que también posiciona al queso como un alimento innovador y saludable.

El queso y la vitamina K2 forman un dúo que combina sabor y salud. Más allá del placer sensorial, los quesos maduros ofrecen este nutriente esencial para fortalecer huesos y proteger el sistema cardiovascular.

Incorporar queso de calidad en la dieta puede ser un paso sencillo hacia una alimentación más balanceada. El futuro del queso, es como alimento funcional y en su contenido de vitamina K2, está la próxima estrategia promocional.

Fuente: EDAIRYNEWS

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