#OrgulloLechero
Por Redacción , 27 de junio de 2020Alejandro Stückrath Prüssing y su cambio de vida
Trabajó 7 años en el Departamento Agrícola en Cooprinsem y en octubre de 2019 se fue al campo lechero familiar a aportar sus conocimientos profesionales. Hoy lo destacamos en nuestra sección #OrgulloLechero
Ingeniero agrónomo de la Universidad Austral de Chile, Alejandro Stückrath Prüssing, hoy es el Gerente de Operaciones del Fundo Cancura y está dedicado a producir leche a 23 kilómetros de Osorno, en la Región de Los Lagos. Lo acompaña su madre Patricia Prüssing; su esposa Constanza Sepúlveda y su pequeño hijo Diego de 8 meses de edad.
Es parte de una nueva generación de productores lecheros que tienen en el ADN esta actividad y que, siendo parte de su pasión, esperan continuar con la tradición y el negocio familiar, manteniendo un estilo de vida que ellos valoran y quieren traspasar a sus hijos.
“Mi bisabuelo compró este campo en la década del 30, luego lo tomaron mis abuelos, que lo dividieron entre mi madre y mi tío poco antes del fallecimiento de mi abuelo en 2006. Desde esa fecha hasta la actualidad mi madre ha llevado el campo y en estos últimos meses lo hemos hecho los dos. A fines del 2019 mi madre me ofrece hacerme cargo del campo. Después de una conversación con mi señora decidimos aceptar el ofrecimiento y cambiar trabajo, casa y estilo de vida, proyecto que alguna vez ya habíamos conversado. Trabajar en lo propio es lo mejor y vivir en el campo no tiene comparación”, afirma.
Sobre su sistema productivo señala que “éste es un campo 100% lechero, montado sobre genética americana, pasando por Montbeliarde y terminando en los últimos años con genética irlandesa e inglesa. Se trabaja en base a parto todo el año, con una leve concentración en otoño y primavera, incluido primavera tardía. Esto último basado en la disposición del riego, que es muy importante en la actualidad”.
Sobre la alimentación anual puntualiza que “el 50% corresponde a pastoreo directo de las vacas y el otro 50% proveniente de ensilajes de pradera y maíz, materias primas y concentrado”.
En cuanto al pastoreo, una de las claves para alcanzar buenas rentabilidades, resalta que “en este campo tenemos un solo lote de vacas lecheras y las vacas secas van como lote de repase en el pastoreo, inmediatamente detrás de las lecheras. Así se maximiza la producción por vaca sin sacrificar la productividad de la pradera y por hectárea”.
“Los terneros tanto machos como hembras se crían hasta los 200 kg aproximadamente para posteriormente irse a un arriendo donde las hembras se encastan a los 15 meses o 320 – 350 kg y los machos se venden según condiciones de mercado. Actualmente como la cantidad de vacas masa está establecida se está usando como cruza terminal toros de carne y así dar un valor agregado a los machos que se van al arriendo”, agrega.
De esta forma, en una superficie de 118 hectáreas, con 238 vacas en ordeña actualmente, produce más de 1 millón 800 mil litros de leche al año, con un 4.1% de grasa y un 3.5% de proteína y una carga animal de 2.82 vacas por hectárea.
Respecto a sus metas explica que “el norte en este momento es poner un robot de ordeña. Todos los manejos y proyectos están pensados para el futuro funcionamiento con robot”.
“Como segunda meta está la habilitación de un segundo sector de riego, así llegaríamos a casi un 70% de la superficie regada y por último, seguir con el mejoramiento genético orientado a buena producción con énfasis en los sólidos y bienestar animal”, indica.
A su juicio, “lo más importante hoy es tratar de aumentar la producción de leche, mantener y mejorar la producción de las praderas, principalmente renovando empastadas degradadas, y lograr una buena relación con los trabajadores, que sin duda son el motor de toda empresa agrícola”.
En lo familiar está orgulloso de trabajar con su madre y de estar cerca de su esposa todos los días y de ver crecer a su hijo en un ambiente tranquilo y más seguro sobre todo hoy en tiempos de pandemia.