Paulina Retamal Schmidt, la productora de queso de cabras que pastorean libres frente al lago Llanquihue

La técnico agrícola se dedica hace cinco años a la elaboración de quesos de leche de cabra con un rebaño de 30 animales. A orillas del lago Llanquihue, asegura que todo se conjuga para producir un producto con un sello único.

En el sector de Los Bajos, comuna de Frutillar, Paulina Retamal Schmidt, productora de queso de cabra, comenzó su emprendimiento “D Cabra” hace cinco años. Ocho años antes conoció este tipo de ganado cuando buscaba una alternativa láctea para su hijo de dos años que presentó alergia a la proteína de la leche de vaca.

En ese entonces, la especialista que lo trataba le sugirió probar con la leche de cabra. Paulina es técnico agrícola al igual que su esposo Luis Barría, y los dos se desempeñaban como asesores de predios lecheros. Así comenzaron con una cabra para el consumo de su hijo y hubo excelentes resultados. “En Chile no había mucha opción en ese entonces de comprar esta leche, a menos que viniera de Holanda”, recuerda.

Sobre la marcha vieron que había mucha gente que se interesó y comenzaron a tener pequeños pedidos de leche, pero de igual forma tenían un remanente importante de producción. 

Con el objetivo de conocer más del manejo de este tipo de ganado, del mercado y poder vivir una experiencia en familia, Paulina junto a su esposo y sus hijos José, Arturo y Victoria, viajan a Australia donde se instalan por dos años. Allá conocieron el potencial que podía tener este tipo de alimentos. 

A su regreso volvieron con la firme idea de emprender en la producción de queso, iniciativa que comenzaron hace cinco años bajo la marca "D Cabra". Entonces Paulina decidió dejar la asesoría predial y asumió la dirección del emprendimiento.

SELLO QUESERO

Actualmente cuenta con un rebaño de 30 cabras de la raza Sahnen y una producción de 600 litros por lactancia, lo que le permite elaborar seis variedades de queso, donde destacan los maduros, semi maduros, ahumados y al vino tinto. También hay formatos naturales y con especias.

“Es una satisfacción muy grande trabajar con estos animales. Son muy dóciles y divertidos, son adorables, agradecidos y muy nobles. Es un placer trabajar con ellos”, reconoce Paulina.

Si bien comenzó con un equipo de tres personas, en la actualidad solo cuenta con un trabajador, que se encarga del orden y el bienestar animal y la producción de los diversos tipos de queso es realizada de forma exclusiva por ella, junto al apoyo de su familia.

“Partí de a poco sin mucho entusiasmo y ahora me fascina. Descubrí la pasión por hacer quesos. El queso tiene muchos factores y uno como quesero es el menor. La naturaleza, el animal, los sabores, el tiempo, la temperatura y la humedad juegan un rol importante y eso es algo que uno no controla. Estos son quesos artesanales, donde cada día se aprende algo. Es fascinante”, explica.

Paulina enfatiza que este es un queso propio de este lugar y con eso quiere aportar. “No se encuentra en otro lado, no porque mi receta sea muy especial, sino por las condiciones que existen, cabras que pastorean libres frente al lago, en un microclima, y todo eso se traspasa a los quesos”, cuenta.

En este camino de aprendizaje, la productora, señala que ha tenido la suerte de contar con gente que la ha apoyado. “Es muy gratificante aprender cada día. Estuve 30 años en las vacas y hoy aprendo algo totalmente nuevo”, comenta.

En la actualidad su producto se puede encontrar en diversos puntos del país, y también en la feria Frutillar Rural On Line. “Este fue un muy buen año. La gente ha ido conociendo el producto y le ha gustado. Por ahora estoy cómoda con la cantidad de cabras que tengo y quiero esperar que pase la Pandemia y ver si podemos crecer más”, comenta la productora.