Columna de Opinión
Por Redacción , 2 de junio de 2021

¿Es más sana la mantequilla o la margarina?

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Es una vieja discusión. En este artículo, Elisa Escorihuela Navarro, nutricionista y farmacéutica, explica las diferencias de la margarina y la mantequilla e invita a conocer más del ghee.

Tanto en la cocina como en nuestro cuerpo la grasa es un componente importante. Por una parte, aporta sabor, palatabilidad y jugosidad a los alimentos. Por otra, para nuestro organismo no solo supone la principal reserva de energía, sino que también media en la secreción de hormonas, tiene una función estructural y es termorreguladora.

Eliminarla de la dieta puede ser un error. Pero, es cierto que debemos ser cautos en su consumo, ya que aportan una gran cantidad de calorías (9 Kcal/gr) que, en exceso, puede llegar a producir sobrepeso u obesidad. En España habitualmente consumimos aceite de oliva tanto para cocinar como aderezar nuestras ensaladas y tostadas, pero es verdad que muchas personas, en consulta, tienen la duda de si pueden o no tomar de vez en cuando un poquito de mantequilla o si incluso es mejor tomar margarina.

Por eso, hoy me parece interesante hablar de las diferencias existentes entre la mantequilla y margarina para que puedas tomar la mejor de las elecciones a la hora de consumirlas.

  • Mantequilla

La mantequilla es un derivado lácteo que se obtiene a partir de la leche de vaca, por lo tanto es de origen animal. Su componente principal es la grasa, que corresponde alrededor del 80% del producto. El resto es mayoritariamente agua y algo de proteínas y azúcares. El tipo de grasa presente en las mismas es ácido graso saturado.  Además, puede contener cantidades significativas de vitamina liposolubles, es decir, de vitamina A, D, E y K, así como minerales como el calcio, fósforo y magnesio. 

  • Margarina

Al contrario que la mantequilla, la margarina es un producto de origen vegetal, ya que en su elaboración se utilizan aceites vegetales. Por eso, se puede pensar en principio que es mejor por la presencia de ácidos grasos monoinsaturados, e incluso poliinsaturados, que puede contener. Pero no todas las margarinas son iguales, ni saludables.

Aunque cada vez se utiliza menos la técnica de hidrogenación en la industria alimentaria, en el proceso de elaboración de algunas margarinas todavía se realiza. Esta técnica consiste en la adición de gas de hidrógeno en las moléculas de grasa, que hacen que cambie la conformación espacial de la molécula (de -cis a -trans), de manera que una grasa líquida (aceite), pasa a sólida y además se estabiliza y previene de la oxidación; todo parecen ventajas. El problema de este tipo de grasas, denominadas trans o parcialmente hidrogenadas, es que tienen la característica de aumentar nuestro LDL (colesterol malo) y disminuir el HDL (colesterol bueno), por lo que son potencialmente un riesgo para nuestra salud cardiovascular.

Muchas de ellas pueden estar enriquecidas con distintas vitaminas y minerales y además, también debemos tener en cuenta que la mayoría adicionan aditivos y colorantes en su formulación. Es por eso que te recomiendo siempre la lectura del etiquetado, para así poder descartar aquellas margarinas elaboradas por procesos de hidrogenación.

Tanto la mantequilla como la margarina, al ser ricos en grasa, son productos muy calóricos, llegando a aportar más de 700 kcal por 100 gramos. Por eso, de forma general, se recomienda no consumir estos alimentos en exceso. Sin embargo, justo por el hecho de ser calórico también nos puede interesar en personas desnutridas o con patologías que se asocia con una pérdida de peso o un menor apetito.

Por lo que a la hora de hacer una buena elección entre una y otra, busca en el etiquetado si la margarina contiene ácidos grasos trans o parcialmente hidrogenados. En ese caso, mejor descartarla y elegir una buena mantequilla.

Y como estamos hablando de la mantequilla, hay un derivado que cada vez tiene más cabida en nuestras cocinas: el ghee. Se trata de un tipo de mantequilla clarificada, en la que se elimina el agua, azúcares y proteínas quedando únicamente la parte grasa. El ghee se obtiene al calentar la mantequilla clarificada, dejando que se tueste un poquito obteniendo un color más oscuro y su sabor y aroma recuerda al de los frutos secos y caramelo.

Además, el ghee tiene asociado algunos beneficios para la salud, entre los cuales podemos destacar la reducción de la inflamación intestinal por la presencia de ácido butírico que también está relacionado con la prevención del cáncer de colon. Si quieres hacerlo en casa, es muy fácil, en mi anterior artículo, “Qué es la mantequilla ghee y cómo puedes prepararla en casa “, te cuento como hacerla.

En resumen, no hay problema en consumir este tipo de productos con moderación, siempre teniendo como base una alimentación saludable y equilibrada. Recuerda siempre consultar los etiquetados y de esta manera siempre harás la elección más adecuada.

Autora: Elisa Escorihuela Navarro, nutricionista y farmacéutica

Fuente: https://abcblogs.abc.es/

 

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