Edición especial 10 años
Por Claudia Vargas García , 20 de agosto de 2021Oscar Stange Gebauer, el productor octogenario que disfruta cada día de trabajo
"Yo gozo en el campo, no quiero salir o hacer otras cosas. Mi felicidad está aquí”, asegura el empresario agrícola con más de 50 años dedicados a la lechería.
Más de 50 años de trayectoria en el sector lechero ostenta Oscar Stange Gebauer, destacado productor que desde su fundo Santa María, ubicado en las cercanías de Paillaco, ha logrado crecer y ser un referente en materia lechera.
Pero esta tarea no ha sido fácil y le ha significado un importante desafío, enfrentando no solo los vaivenes del negocio lechero, sino también ganar la más dura de las batallas, cuando hace seis años, los médicos lo desahuciaron.
Hoy con 82 años, Stange repasa parte de su historia junto a Diario Lechero y muestra al mundo su ejemplo de que con perseverancia y pasión, es posible crecer.
Un comienzo impensado
Se inició como productor lechero en 1965 de manera inesperada. En ese tiempo trabajaba como comerciante de ganado y compró un lote de 25 vaquillas que luego no pudo vender, así es que junto a un trabajador que lo ayudaba a ordeñar a mano, se inició en la lechería “casi por accidente”.
En forma paralela, su padre le heredó 50 hectáreas, que fueron el empuje clave para partir. Además de la lechería, también se dedicó a la siembra de papas, negocio que dejó finalmente hace seis años para dedicarse totalmente al rubro lácteo.
“Me casé a los 22 años y empecé a trabajar muy joven, ya que ni siquiera completé todo el colegio. Esta parte del campo era todo monte, había mucha maleza y fui limpiando, también haciendo drenaje, ya que estos terrenos se inundaban completamente”, recuerda Stange.
Los años pasaron y fue creciendo poco a poco, a través de compra y arriendo en el mismo sector. En 2014 vivió uno de los periodos más duros, ya que se enfermó y su estado se complicó a tal punto que debieron trasladarlo a Santiago. El diagnóstico era contundente y los médicos le daban solo días de vida, pero un especialista le propuso someterse a un tratamiento inédito, y contra todo pronóstico, su estado fue mejorando poco a poco. Luego de un año y algunos meses alejado del campo, dedicado a su recuperación, volvió a trabajar con más ímpetu que antes.
En ese tiempo fue su hija Ingrid Stange, quien se hizo cargo de las decisiones en el predio. Por esos días el fundo alcanzaba las 500 vacas con una producción anual de 2 millones de litros. “Ella se volvió muy hábil en el camino, y además se unió al equipo el asesor Félix Casas, quien le dio una visión de crecimiento e incorporación de tecnología al predio”.
En la actualidad, están ordeñando 1.400 vacas con una producción de 10 millones de litros, las que son entregadas a Lactalis, y quieren llegar a los 11 millones de litros con 1.500 vacas. “Estoy muy contento, todo está marchando bien. El campo está precioso y hay ánimo de seguir trabajando”, comenta.
Con 82 años, el productor está lejos de dejar de trabajar. “Todos los días se innova, me dicen que salga a pasear, que goce mi vida. Yo gozo y disfruto en el campo, no quiero salir o hacer otras cosas. Mi felicidad está aquí”, asegura.
“Don Oscar es muy proactivo e innovador, eso ha ayudado a incorporar mucha tecnología, con lo que se quintuplicó la producción en 5 años”, señala Félix Casas.
Los hitos tecnológicos
Durante este tiempo, Cinco son las incorporaciones tecnológicas más importantes que han realizado en el fundo Santa María, según lo destaca Félix Casas, actual gerente general de la empresa:
-Cambio genético: Se hizo el cambio a Holstein Europeo, con vacas de 8 mil litros muy rápidamente, lo que llevó a una muy buena productividad.
-Tecnología de sexado para crecer en masa y en hembras de reemplazo.
-Nivel nutricional: de 2 kilos a 6 kilos de concentrado, pasando de 500 kilos de concentrado a 1.800 kilos al año por vaca. Se aumentó tres veces el concentrado y eso trajo más producción de leche y mejoró la productividad por vaca y hectárea “situación que es dinámica, dado que si el concentrado está en un buen precio se da más concentrado. Si los granos están más caros bajamos un poco. El margen después del alimento es el que interesa, el retorno después de la inversión”, comenta Casas. En este aspecto destaca también la incorporación de productos de especialidad como sales minerales y suplementos de la empresa AddVise.
-Cultivo: Probamos varias alternativas. Al final, se eliminó la remolacha forrajera y azucarera porque el campo es muy húmedo y se perdía un 30 por ciento en la cosecha, por lo que nos quedamos con raps, maíz, alfalfa, pradera y triticale. Se incorporó harta tecnología en fertilización y 202 hectáreas de riego con pivote, con sistema de monitorea con APP y cuatro carretes de riego que abarcan 50 hectáreas para cultivos de maíz.
-La quinta etapa finalmente es la implementación de maquinaria, como tractores con mayor tecnología, tolva con monitoreo satelital que permite fertilizar de manera eficiente la pradera.
Factor humano
Casas agrega además que “este es una explotación muy estable en personal, es un campo familiar de años de trayectoria. La gente trabaja con gusto y eso se demuestra en los resultados. Hoy estamos ocupando tecnología para sacar la mejor rentabilidad, con un alto nivel productivo, lo que va de la mano con que el productor se atreve a innovar y confía en las recomendaciones y en su gente”.
Oscar Stange es enfático en que se siente realizado, y con deseos de hacer más. “La clave es la perseverancia, y mientras tenga el apoyo, seguiré”.